Imaginate esto: ya tuviste un hijo, todo salió bien, pero ahora, por más que lo intentás, no lográs un segundo embarazo. ¿Qué cambió? ¿Por qué antes fue fácil y ahora no? La infertilidad secundaria es un desafío real y frustrante para muchas parejas. En este artículo, te explicamos todo lo que necesitás saber, sin tecnicismos.
¿Qué es la infertilidad secundaria, y por qué no es lo mismo que la primaria?
El término infertilidad secundaria se usa cuando una persona o pareja ya tuvo al menos un embarazo previo (aunque no haya llegado a término) y ahora no puede concebir. La diferencia clave con la infertilidad primaria es que, en este último caso, nunca hubo un embarazo.
¿Sabías que la infertilidad secundaria es menos común que la primaria? Aun así, afecta a miles de personas que se sienten confundidas y solas.
Causas de la infertilidad secundaria: ¿qué cambió desde tu último embarazo?
La edad y la reserva ovárica
Si tu primer hijo nació hace varios años, es posible que tu reserva ovárica (la cantidad de óvulos disponibles) haya disminuido. Esto es más frecuente en mujeres mayores de 35 años.
Factores masculinos
El esperma también puede cambiar con el tiempo. Problemas como baja movilidad espermática o alteraciones en la forma de los espermatozoides pueden aparecer después del primer hijo.
Complicaciones de embarazos anteriores
Infecciones, cirugías o cicatrices en el útero o trompas después de un parto o cesárea podrían dificultar un nuevo embarazo.
Otras causas de infertilidad secundaria
- Endometriosis no diagnosticada.
- Enfermedades crónicas como diabetes o tiroides.
- Estrés y hábitos no saludables (tabaco, alcohol, sedentarismo).
¿Cuándo deberías consultar a un centro de fertilidad?
El Dr. Mario Gomez Badia, especialista en reproducción asistida, explica:
- Si tenés menos de 35 años, consultá después de 1 año de intentos sin éxito.
- Si tenés más de 35 años, hacelo a los 6 meses.
Pero si sospechás que algo no anda bien (dolores, ciclos irregulares), no esperes: la consulta temprana puede marcar la diferencia.
Pruebas médicas para detectar la infertilidad secundaria
En un centro de reproducción asistida, te harán estudios, a vos y a tu pareja, en caso de tenerla, como:
- Espermograma (para evaluar la calidad del semen).
- Histerosalpingografía (para ver si las trompas están libres y el útero sin alteraciones).
- Estudios hormonales (como medición de AMH para saber tu reserva ovárica).
- Ecografías y cultivos.
Si estos no dan respuestas, podrían recomendarte estudios genéticos, inmunológicos o endoscopias (como una histeroscopia).
Tratamientos efectivos: desde medicación hasta Fecundación in Vitro
En WeFIV nuestros especialistas te van a escuchar y ayudar. Los médicos te van a ayudar a decidir por el tratamientos de reproducción asistida según tu caso. Alguna de las opciones que pueden ser recomendadas son:
- Inducción de ovulación + relaciones programadas.
El Dr. Gomez Badia destaca que la FIV es un recurso clave, pero el tratamiento siempre debe personalizarse. Siempre es importante que los pacientes estén asesorados por los mejores profesionales en reproducción asistida.
El lado emocional: cómo manejar la frustración
La infertilidad secundaria suele generar ansiedad: “¿Por qué antes sí y ahora no?”. Algunos consejos:
- Evitá compararte con otras parejas.
- Buscá un centro de fertilidad que pueda asistirte con un apoyo psicológico o grupos de contención.
- Confiá en profesionales de un centro de fertilidad con experiencia.
No estás sola en este camino
La infertilidad secundaria tiene solución en la mayoría de los casos. La clave es actuar rápido, elegir un centro de reproducción serio y mantener la calma. En WeFIV, acompañamos a cada paciente con tratamientos personalizados y tecnología de última generación.
¿Lista para dar el primer paso? Contactános y resolvé tus dudas sin compromiso.