Varicocele y su incidencia en la fertilidad masculina

Hablar de fertilidad implica mirar a la pareja como un sistema integrado. Acompañar a mujeres en procesos de reproducción asistida requiere, de manera inevitable, observar también la salud del varón. Dentro de ese enfoque integral, el varicocele aparece como una condición frecuente, silenciosa y muchas veces subestimada, capaz de influir de manera directa en la calidad espermática. Este texto propone una lectura clara y rigurosa sobre qué es, cómo se detecta, cómo afecta a la fertilidad y cuáles son las alternativas reales de tratamiento, sin alarmismos y con una perspectiva orientada a la toma de decisiones informada. 

Qué es el varicocele y cómo puede detectarlo un varón 

El varicocele es la dilatación y tortuosidad de las venas del plexo pampiniforme, el sistema venoso encargado de drenar la sangre del testículo. Esta dilatación se produce por un reflujo venoso anómalo o por estancamiento de sangre, lo que genera un aumento de presión local. Aunque muchos lo detectan por primera vez en una consulta urológica, existen signos que pueden llamar la atención en la vida cotidiana. La sensación de peso en el escroto al final del día, la percepción de una especie de “bolsa de gusanos” o la palpación de un cordón engrosado en posición de pie son motivos frecuentes de consulta. Sin embargo, la confirmación diagnóstica debe realizarla siempre un urólogo-andrólogo mediante examen físico y, cuando corresponde, ecografía Doppler. 

Estudios que confirman el diagnóstico

El diagnóstico parte del examen físico realizado por un urólogo-andrólogo, evaluando al paciente de pie y verificando la presencia de una masa venosa compatible con varicocele. La ecografía Doppler escrotal permite medir el calibre de las venas y documentar el reflujo, aportando objetividad a la evaluación. El espermograma no diagnostica el varicocele, pero sí determina su impacto funcional. Por último, el control del volumen testicular ofrece información clave sobre el estado y evolución del tejido gonadal.

¿El varicocele siempre duele? 

No. De hecho, la mayoría de los varicoceles son asintomáticos. El dolor, cuando aparece, suele relacionarse con actividades físicas intensas, tiempos prolongados de bipedestación o el final del día, cuando el escroto está más relajado y la congestión venosa se vuelve más perceptible. La molestia puede variar desde una suave sensación de pesadez hasta un dolor que obliga a detener la actividad o usar soporte escrotal. Pero es importante remarcar que la ausencia de dolor no invalida su impacto potencial en la función testicular ni en la fertilidad. 

Varicocele izquierdo y derecho: por qué importa la anatomía 

El varicocele se presenta mayoritariamente en el lado izquierdo. Esto se explica por la anatomía: la vena espermática izquierda desemboca en la vena renal izquierda en un ángulo que favorece el reflujo; la derecha, en cambio, drena directamente en la vena cava inferior, condición que reduce la probabilidad de congestión venosa. Cuando el varicocele aparece en el lado derecho de forma aislada, el especialista puede solicitar estudios adicionales para descartar causas secundarias que alteren el drenaje venoso. Por eso el lado afectado sí importa y orienta la evaluación. 

Impacto del varicocele en la fertilidad masculina 

La evidencia científica es clara: el varicocele se asocia a infertilidad masculina y puede deteriorar la función testicular. Sus mecanismos son múltiples y simultáneos. El aumento de temperatura en el escroto debido al estancamiento venoso altera el ambiente ideal para la espermatogénesis. A esto se suma el estrés oxidativo, que puede dañar el ADN espermático y perjudicar la motilidad y la morfología de los espermatozoides. Con el tiempo, la disminución en la microcirculación testicular puede incluso desencadenar atrofia del testículo afectado. 

Si bien el varicocele está presente en aproximadamente el quince por ciento de los varones, su incidencia aumenta a alrededor del cuarenta por ciento entre quienes consultan por infertilidad. Aunque no todos los varicoceles generan dificultades reproductivas, es uno de los factores corregibles más relevantes en la evaluación masculina. 

¿Se puede buscar embarazo natural teniendo varicocele? 

Sí. Muchos hombres con varicocele logran embarazo natural, con su pareja, sin intervención. El punto crítico es entender que esta condición puede disminuir las probabilidades de concepción, retrasar los tiempos o comprometer la calidad seminal. Por lo tanto, la decisión de tratar o no un varicocele antes de buscar embarazo depende de variables que deben analizarse de manera personalizada

La presencia de alteraciones en el espermograma, el tiempo que la pareja lleva intentando concebir, la edad reproductiva y otros factores asociados son claves para tomar una decisión. Es perfectamente posible intentar concepción natural, pero cuando hay alteración seminal o antecedentes de infertilidad, corregir el varicocele puede ser una estrategia útil antes de considerar técnicas de reproducción asistida. 

Cuándo operar un varicocele y cuándo controlarlo 

La decisión de operar un varicocele no depende de su mera presencia, sino de su impacto funcional sobre la salud testicular y la fertilidad. Habitualmente se indica tratamiento cuando el varicocele es palpable y se asocia a alteración del análisis seminal, atrofia testicular progresiva o dolor persistente que afecta la calidad de vida. 

En situaciones donde el varicocele es leve, no existe alteración seminal o no hay un deseo inmediato de concebir, puede optarse por un control clínico con seguimiento periódico. Estas decisiones se toman en diálogo entre el paciente, el urólogo–andrólogo y el equipo de fertilidad

Sin embargo, cuando el varicocele es clínico y existe una alteración significativa en el semen, su reparación puede mejorar la calidad espermática y favorecer tanto la concepción natural como el rendimiento de técnicas como FIV o ICSI

Hay escenarios donde no conviene esperar meses antes de iniciar un tratamiento:

– edad materna avanzada, 
– parámetros seminales severamente comprometidos, 
– presencia de factores mixtos de infertilidad en la pareja. 

En estos casos, el varicocele puede corregirse en paralelo al tratamiento o incluso manejarse dentro de una estrategia global de reproducción asistida, sin retrasar la búsqueda. 

En síntesis, operar o controlar un varicocele requiere una evaluación individualizada, que considere el impacto clínico, el tiempo reproductivo disponible y la planificación que el equipo de fertilidad defina junto al paciente.

Técnicas de tratamiento: microcirugía, laparoscopía y embolización 

La cirugía microquirúrgica subinguinal es considerada la técnica de referencia cuando el objetivo es optimizar fertilidad. Sus ventajas incluyen menor riesgo de recidiva, menos complicaciones —como el hidrocele— y mejores resultados documentados en calidad seminal.

El hidrocele es una acumulación anormal de líquido alrededor del testículo, que puede aparecer como complicación tras algunas cirugías escrotales. Aunque no suele ser grave, puede generar aumento de volumen, molestia y, en ciertos casos, requerir tratamiento adicional. La microcirugía subinguinal reduce de manera significativa esta complicación porque respeta mejor las estructuras linfáticas involucradas.

La laparoscopía es una alternativa válida en algunos casos, aunque ciertos estudios le asignan una tasa mayor de complicaciones comparada con la microcirugía, incluyendo una mayor probabilidad de desarrollar hidrocele.

La embolización percutánea, realizada por radiólogos intervencionistas, ofrece un enfoque menos invasivo y con recuperación rápida, aunque su eficacia depende en gran medida de la experiencia del centro.

La elección final debe ser individualizada, equilibrando el objetivo reproductivo, la anatomía del paciente y la experiencia del equipo médico tratante.

Cuánto tardan en mejorar los parámetros del semen después del tratamiento 

La recuperación funcional no es inmediata. El ciclo completo de producción espermática dura entre setenta y cuatro y noventa días, por lo que las primeras mejorías suelen observarse a partir de los tres meses posteriores a la intervención. En muchos pacientes, la mejora continúa hasta los seis o doce meses, con cambios positivos en concentración, motilidad y morfología. Aun así, la mejora de parámetros no garantiza por sí sola el embarazo, ya que en la fertilidad intervienen múltiples variables. 

¿El varicocele puede volver? 

Existe riesgo de recidiva, especialmente cuando quedan venas accesorias sin tratar o cuando la técnica empleada presenta mayores tasas de persistencia. La recidiva no implica necesariamente un mal resultado quirúrgico, pero sí exige seguimiento para evaluar si reaparece la congestión venosa o si el semen vuelve a deteriorarse. El control postoperatorio es parte clave del manejo a largo plazo. 

Qué significan los grados de varicocele y por qué se evalúan 

La clasificación en grados describe la magnitud clínica del varicocele. Un grado I se detecta solo con maniobra de Valsalva; un grado II es palpable sin maniobra; un grado III puede incluso verse a simple vista. Un grado mayor implica mayor dilatación venosa y mayor congestión. Sin embargo, un grado bajo no descarta impacto funcional. El grado orienta, pero nunca reemplaza el análisis seminal y la evaluación del potencial reproductivo. 

Varicocele en adolescentes: por qué es un caso especial 

En adolescentes la decisión de intervención es más cuidadosa. Si el varicocele se acompaña de atrofia testicular o signos de deterioro funcional, suele recomendarse cirugía para preservar la fertilidad futura. Cuando no hay alteraciones funcionales, puede optarse por vigilancia activa, siempre con controles periódicos que permitan detectar cambios a tiempo. El objetivo en esta franja etaria es prevenir daño progresivo y proteger el potencial reproductivo. 

Estilo de vida, hábitos y su influencia en el contexto del varicocele 

Aunque los hábitos no corrigen un varicocele, sí influyen en el ambiente testicular. El sobrecalentamiento escrotal, el uso prolongado de ropa demasiado ajustada, la exposición a fuentes de calor y la obesidad pueden empeorar el entorno térmico para la espermatogénesis. Los antioxidantes, cuando están indicados, pueden ayudar a controlar el estrés oxidativo pero no sustituyen el tratamiento médico. Se trata de medidas de acompañamiento, no de soluciones por sí solas. 

¿Puede un varicocele no tratado causar atrofia testicular? 

Sí. La atrofia es una consecuencia documentada en casos de varicoceles sostenidos en el tiempo. El daño venoso crónico, el aumento térmico y la alteración microvascular pueden disminuir el volumen del testículo afectado. Encontrar diferencias de tamaño entre ambos testículos es uno de los criterios que puede guiar la indicación quirúrgica, especialmente en pacientes jóvenes o en quienes desean preservar fertilidad. 

Varicocele severo y técnicas de reproducción asistida: ¿operar o avanzar directo? 

Cuando existe un varicocele clínico con alteración seminal, la reparación puede mejorar la calidad espermática y favorecer tanto la concepción natural como el éxito de técnicas como ICSI o FIV. Sin embargo, hay escenarios donde no conviene esperar meses: edad materna avanzada, semen severamente comprometido o factores mixtos de infertilidad. En esos casos, el varicocele puede corregirse en paralelo o incluso manejarse dentro de la estrategia global de reproducción asistida. Cada caso requiere un análisis conjunto entre andrólogo y especialista en fertilidad. 

El varicocele no es un diagnóstico menor ni un hallazgo que deba pasarse por alto. Su presencia en el contexto de fertilidad masculina requiere una mirada clínica integral que contemple no solo el tamaño de las venas dilatadas, sino su impacto real en la función testicular y en el proyecto reproductivo de la pareja. Operar, controlar o integrar este diagnóstico dentro de un plan de reproducción asistida son decisiones que deben tomarse desde un diálogo informado, sereno y centrado en las posibilidades reales. 

La fertilidad masculina merece la misma atención que cualquier otro componente del proceso reproductivo. Comprender el varicocele con claridad permite planificar un camino reproductivo más consciente y más estratégico.


Más información.

Dr. Omar Layus

Andrología
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