Luego de la fecundación, los embriones atraviesan distintas etapas de desarrollo celular que se clasifican por días. Durante este proceso, comienzan siendo un conjunto de células poco diferenciadas y, con el tiempo, evolucionan hacia estructuras más complejas capaces de implantarse en el útero. Uno de los momentos clave en este recorrido es la etapa de blastocisto, que suele alcanzarse entre los días 5 y 6 tras la fecundación. En los últimos años, la transferencia embrionaria en esta fase ha ganado protagonismo en medicina reproductiva, desplazando a las transferencias más tempranas, como las del día 3. Esta estrategia se basa en evidencias clínicas que muestran mejores tasas de éxito y una mayor precisión al momento de seleccionar embriones viables.
En este artículo, exploramos qué es exactamente un blastocisto, cuáles son las ventajas de transferir en esta etapa y qué factores influyen en los resultados de este procedimiento en Argentina.
¿Por qué transferir en etapa de blastocisto puede aumentar la tasa de embarazo?
Esperar hasta el día 5 para realizar la transferencia embrionaria permite observar cuáles embriones logran superar las fases críticas del desarrollo temprano. Es una forma de selección natural: aquellos que llegan a blastocisto tienen un mayor potencial de implantación.
Este enfoque también se acerca mucho más al proceso fisiológico que ocurre en un embarazo natural. En un ciclo espontáneo, el embrión llega al útero aproximadamente al quinto día tras la fecundación, y es ahí donde se produce la implantación.
Al transferir en esta etapa, se replica ese momento natural, lo cual puede favorecer el proceso. Además, contar con más información sobre el desarrollo embrionario permite a los profesionales elegir con mayor precisión cuál embrión transferir. Esto no solo mejora las probabilidades de embarazo por transferencia, sino que también permite reducir la cantidad de embriones transferidos, disminuyendo así el riesgo de embarazos múltiples sin afectar la tasa de éxito.
¿En qué casos clínicos se recomienda transferir blastocistos y cuándo no es lo ideal?
En WeFIV, la transferencia de blastocistos (día 5/6) es nuestra estrategia de elección en la todos los tratamientos. Esta decisión se basa en nuestra experiencia clínica, en la evidencia científica disponible y en la solidez de nuestro laboratorio, equipado para llevar adelante cultivos embrionarios prolongados con altos estándares de calidad.
Optar por la transferencia en etapa de blastocisto nos permite seleccionar con mayor precisión los embriones con verdadero potencial de implantación, minimizando así intervenciones innecesarias y aumentando las probabilidades de éxito.
Por esta razón, no realizamos transferencias en día 3, ya que priorizamos un abordaje más preciso y personalizado para cada paciente.
¿Existe riesgos o limitaciones en esperar hasta el día 5 para transferir?
La respuesta es no. Esperar hasta el día 5 no implica un riesgo, sino que es parte de una estrategia médica orientada a optimizar los resultados. Si bien es posible que algunos embriones no lleguen al estadio de blastocisto durante el cultivo prolongado, esto actúa como un mecanismo natural de selección que evita transferencias con baja probabilidad de éxito.
En lugar de generar falsas expectativas con embriones que no tienen el potencial adecuado, se obtiene información más precisa sobre su viabilidad. En WeFIV contamos con tecnología de avanzada, incubadoras que simulan fielmente el ambiente uterino y un equipo altamente capacitado, lo que permite maximizar el desarrollo embrionario hasta su mayor potencial.
Por eso, lejos de representar una limitación, esperar hasta el día 5 nos permite mejorar las tasas de éxito y reducir el impacto físico y emocional de intentos fallidos.
¿Cómo han evolucionado las tasas de éxito en Argentina y en WeFIV con el uso de blastocistos?
En los últimos 10 a 15 años, la medicina reproductiva en Argentina ha avanzado notablemente. La tendencia se ha volcado decididamente hacia las transferencias en estadio de blastocisto, reemplazando los antiguos protocolos que promovían la transferencia en días 2 o 3.
Este cambio ha generado múltiples beneficios: mayor tasa de implantación, incremento en las tasas de embarazo clínico por transferencia, y una fuerte disminución en los embarazos múltiples, ya que es posible transferir un único blastocisto con muy buenas probabilidades de éxito.
En WeFIV, esta evolución se refleja en la práctica diaria. Según explica la Dra. Raso, todas las transferencias que se realizan en el centro se hacen en etapa de blastocisto.
En pacientes con embriones euploides —es decir, genéticamente normales— las tasas de embarazo clínico por transferencia alcanzan entre el 60 y el 70 %.
Esto representa un avance significativo respecto a lo que se conseguía hace apenas una década.
Gracias a la implementación sistemática de esta técnica, sumada a un laboratorio de alta complejidad y un equipo interdisciplinario especializado, WeFIV ha logrado posicionarse entre los centros con mejores tasas de éxito del país.
Una estrategia con respaldo científico y emocional
La transferencia de blastocisto no es solo una técnica avanzada dentro de la reproducción asistida, sino una estrategia probada que mejora las tasas de éxito reduce los riesgos y permite tomar decisiones más informadas. Es un paso que requiere preparación, tecnología adecuada y un equipo profesional comprometido.
En centros como WeFIV, donde todas las condiciones están dadas para llevar a cabo esta técnica con el máximo estándar de calidad, la transferencia de blastocisto es la opción recomendada para alcanzar el embarazo con mayor efectividad y seguridad.
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