Toxoplasmosis: Que és, síntomas, tratamiento y embarazo

Hay una serie de patologías o enfermedades que es importante prevenir en el período de gestación porque, si se presentan, pueden representar riesgos para la mamá o para el bebé. Una de ellas es la toxoplasmosis que en el embarazo supone un riesgo.

La toxoplasmosis puede afectar a las pacientes de reproducción asistida, no al tratamiento en sí, pero sí al embarazo y al embrión en formación porque puede, causar daños en los ojos, el sistema nervioso, la piel y los oídos del bebé. Sin embargo, vale aclarar que la probabilidad de que una mujer contraiga la infección y se la transmita a su bebé es baja.

En este sentido, desde WeFIV estamos comprometidos en brindarte la mejor información siempre, con el objetivo de prevenir complicaciones, tanto en la mujer embarazada como en su hijo.

¿Qué es la toxoplasmosis?

“La toxoplasmosis es una enfermedad que se produce como consecuencia de una infección por el parásito Toxoplasma gondii, que se transmite habitualmente por gatos y palomas”, explica el Dr. Fernando Neuspiller, presidente de WeFIV.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, esta infección, frecuente en aves, animales y personas, no suele generar complicaciones serias en los seres humanos (adultos), pero para los bebés que crecen en el vientre de una mujer embarazada, puede existir serio riesgo de daño cerebral y de la visión.

Entre las formas más frecuentes por las que puede contraerse la infección se cuentan:

  • Realizar tareas de jardinería en arena o tierra donde un gato infectado haya dejado sus heces.
  • Cambiar las piedras de la caja de excrementos de un gato infectado, ya que estos, cuando tienen el parásito se lo transmiten a otros a través de las heces.
  • Comer cualquier cosa que haya tocado heces de un gato infectado, incluyendo frutas y verduras sin lavar (o mal lavadas).
  • Ingerir alimentos que han tocado mesas o mesadas por las que haya caminado un gato infectado.

Síntomas de la toxoplasmosis

Respecto a los signos de la infección son muy dispares. Hay personas que refieren sentirse como engripadas, mientras que para otros no hay rastros de la enfermedad.

Sin embargo, en líneas generales y según Mayo Clinic algunos de los síntomas son:

  • Ganglios inflamados.
  • Dolor muscular.
  • Fatiga.
  • Fiebre.
  • Dolor de garganta.
  • Sarpullido.

Toxoplasmosis, tratamientos de fertilidad y embarazo

Durante el embarazo, la infección se transmite a través de la placenta y pueden presentarse mayores complicaciones cuando esta patología se produce a comienzos de la gestación.

Por eso, antes de comenzar un tratamiento de Reproducción Asistida, a las pacientes siempre se les realiza un test para descartar la infección y evaluar si tienen anticuerpos. En caso de que de que el resultado de positivo, la mujer está inmunizada y ya ha pasado la infección, por lo que no deberá preocuparse. Si la prueba da negativa deberán tenerse mayores cuidados, durante el desarrollo del embarazo, por ejemplo:

  • Lavado de manos antes de manipular alimentos
  • Evitar contacto con gatos y animales callejeros
  • Lavado minucioso de frutas y verduras
  • Cuidados al realizar jardinería, manipular heces de gatos, etc.

La forma de corroborar el diagnóstico es mediante un análisis de sangre que puede determinar si la persona tiene o tuvo toxoplasmosis alguna vez.

En caso de que la infección se contraiga durante el embarazo, será necesario también realizar un análisis al bebé. Inclusive, el médico podría extraer algo de líquido del saco que rodea al feto y revisar si tiene la infección.

La buena noticia es que – tal como refiere el Dr. Neuspiller – “si la mujer tuvo toxoplasmosis antes del embarazo, le quedará la marca serológica que protegerá a su hijo”.

Tratamiento de la toxoplasmosis

Generalmente la infección se va sola sin generar síntomas en los adultos. Pero, los bebés y los pacientes cuyos organismos no pueden combatir bien la infección requieren medicamentos para tratar y prevenir problemas graves de salud. Lo que se utiliza habitualmente para el tratamiento es un antibiótico de nombre espiramicina.

La espiramicina se acumula en la placenta, el sitio a través del cual los parásitos del Toxoplasma gondii se desplazan hacia el feto, logrando reducir las posibilidades de que el bebé tenga graves problemas de salud.

“El diagnóstico precoz de la infección, en la mujer embarazada, permite un tratamiento adecuado con el objetivo de disminuir la tasa de transmisión y el daño congénito. Es posible que con un diagnóstico y tratamiento temprano se pueda reducir la tasa de incidencia de toxoplasmosis congénita. Los tratamientos suelen incluir medicamentos antiparasitarios a lo largo del embarazo”, comenta el Dr. Neuspiller.

A su vez, el presidente de WeFIV agrega que “las pacientes que presentan infección aguda durante la gestación deben recibir tratamiento hasta la finalización del embarazo. El tratamiento temprano puede prevenir el daño fetal, lo que justifica todos los esfuerzos dirigidos a un diagnóstico y tratamiento precoz”.

¿Cómo prevenir la toxoplasmosis en el embarazo?

Entre las medidas de precaución que se pueden tomar para evitar la infección se encuentran:

  • Lavarse las manos y cualquier utensilio que se utilice para preparar carne, pollo y pescado, frutas o verduras crudas.
  • Pedirle a otra persona que cambie las piedras higiénicas del gato.
  • Si es imprescindible realizar esa tarea, hacerlo con guantes y lavarse las manos inmediatamente después.
  • Lavar mesas o mesadas por las que pueda haber caminado un gato.
  • Asegurarse de que la carne ingerida esté completamente cocida.
  • Tocar tierra con guantes.
  • Lavar frutas y verduras antes de comer, y preferentemente pelarlas.
  • Evitar el agua no embotellada.

Signos de toxoplasmosis en los niños

Habitualmente hay signos de infección en el bebé al nacer, pero es posible que los niños con cuadros más leves no tengan síntomas ni complicaciones durante meses o años después del nacimiento.

No obstante, si no reciben tratamiento, la mayoría de ellos pueden desarrollar problemas en la adolescencia.

Aunque los problemas oculares son los más frecuentes, también pueden padecer:

  • Esplenomegalia (bazo dilatado) y hepatomegalia (hígado dilatado).
  • Vómitos.
  • Problemas de alimentación.
  • Hipoacusia.
  • Ictericia (piel amarilla).

En función de la infección materna y de los signos y síntomas será el pediatra quien defina -más allá del análisis de la sangre fetal- qué estudios complementarios deben realizarse.

Si estás por comenzar un tratamiento de reproducción asistida, es importante que sepas que si bien la infección no afectará el procedimiento, puede traer consecuencias en el embarazo. Por eso siempre se realiza un test previo para evaluar el estado de salud de la paciente y tomar las medidas necesarias para lograr un recién nacido vivo sano.

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